Amo viajar. Amo conocer nuevos lugares, nuevas culturas, nuevas formas de ver la vida.
Me siento muy afortunada y agradecida de haber hecho varios viajes a lo largo de mi vida.
Soy muy curiosa y me adapto muy fácilmente a los entornos más diversos, y eso hace que juegue de local apenas arribada a un nuevo destino. Disfruto atesorando tantas experiencias increíbles.
Pero durante mucho tiempo, viajar era casi lo único que dotaba de sentido a mi vida. Y mientras esperaba el próximo viaje me refugiaba en “estar siempre ocupada”, “corriendo de un lado a otro”, “haciendo mil cosas a la vez”, sin poder disfrutar y contando los días como los presos para subirme al avión y escaparme del agobio de mi realidad por un rato…
Y con el tiempo, me di cuenta realmente de que lo que más disfrutaba en mis viajes tenía que ver con…:
… desacelerar el paso y tener tiempo para mi…
… maravillarme con todo lo que veía alrededor
… tener tiempo para escucharme
… darme permiso para sentir
… y conectar con los que están alrededor y con lo que yo necesito…
Y hubo un momento (no puedo precisar la fecha exacta) en que el “próximo viaje” dejó de ser la brújula que motivaba mi camino….
Porque empecé a ser turista en mi propia casa, en mi propio cuerpo, en mi propio SER, y el viaje empezó (y sigue siendo) para adentro. Y ahí está mi mayor y mejor refugio.
Así que no hoy no importa en qué lugar del mundo me encuentre ni si me subo o no a un avión, porque el “viaje” siempre está conmigo guiando todos mis pasos…
Y todo esto que te cuento es uno (“solo uno”) de los tantos beneficios que yo atribuyo a incorporar la práctica de meditación en mi vida…
¿Cuáles son los beneficios que la práctica de Meditación trajo a tu vida?
Y si todavía no aprendiste a meditar…. ¿Qué estás esperando para hacerlo? Te invito a que hablemos así te cuento de qué se trata =)