Muchas veces, a lo largo de mi vida sentí que mi mente y la meditación eran incompatibles. Me sentía inquieta, desconectada, y que era imposible aquietar la velocidad de mis pensamientos. Sentía que la vida era aquello que ocurría mientras corría desenfrenada, incapaz de hacer foco en lo que sí me importaba, descuidando muchas veces a quienes más quería y, sobre todo, sin tiempo para mí, para poder hacer una pausa y registrar qué sentía y qué era lo que necesitaba.
Afortunadamente, en 2007 comencé a incorporar en mi vida la práctica de Meditación trascendental. Y, años después, me formé en Mindfulness para poder difundir un “entrenamiento consciente” en el que creo y estoy convencida que es el camino ineludible hacia la felicidad.
En ese proceso aprendí (y sigo aprendiendo todos los días) a amigarme con la naturaleza de mi mente, deteniendo la guerra hacia ella.
Descubrí que mi mente y la meditación no solo son compatibles, sino que incorporar esta práctica en mi vida me invita a estar más conectada conmigo, escuchando mi cuerpo, pudiendo manejar mejor el estrés y la ansiedad, estando más atenta a mis necesidades, más focalizada en lo que deseo para mi vida y me hace sentir más feliz.
En todas las actividades que coordino mi intención es que vos seas protagonista de tu propia experiencia y puedas descubrir una nueva forma de relacionarte, no solo con tu mente sino con todas las experiencias de tu vida. Podés comenzar practicando con alguna de las meditaciones que subo a mi canal de youtube, te invito a suscribirte: https://www.youtube.com/florgurruchaga
«La práctica de la meditación no es perseguir lo extraordinario, sino abrirse a la revelación de experimentar plenamente lo ordinario»
Suzuki Roshi